Pasarela Larios 2012

Larios 2012

Ayer calle Larios, la principal ví­a de Málaga, el corazón de la ciudad, se vistió de moda en la Pasarela Larios 2012 que esta noche celebra su segunda parte. Los desfiles de ayer estaban protagonizados por modistos de alta costura, que apostaron por el barroquismo y por vestidos de fiesta y novia mayoritariamente, en colores vivos y con amplio protagonismo de los tocados.

Lo bueno, la asistencia de público, especialmente en los primeros desfiles, que llenaba la amplia calle, ocupada a lo largo por una alfombra azul. Y la idea, llevar lo más elitista de la moda, la Alta Costura, a la calle, donde todos los malagueños pudieron disfrutar de ella. De sendas carpas situadas en las esquinas, salí­an las modelos. Lo malo, la falta de ritmo del desfile, con mucho tiempo entre diseñador y diseñador, incluso entre modelos, que lo hizo largo y provocó que parte del público abandonase el recinto antes del fin del desfile. ¿Qué vimos? Propuestas muy barrocas, telas brocadas, transparencias (alguna de dudoso gusto) y mucho encaje, poca tendencia, mucha atemporalidad, colas, vestidos túnicas, aplicaciones, brillos y abundancia de espaldas al aire.

Y de entre todas las propuestas, yo me quedo, con diferencia, con las propuestas de Jesús Segado, con propuestas exquisitas tanto en el corte, las telas (trabajadas y tintadas manualmente con resultados fantásticos), patronaje impecable y un estilismo sencillo que ayudaba a resaltar los trajes. El maridaje perfecto fueron los tocados de Laura Olea.

También me gustó la imaginativa propuesta de Ángel Palazuelos, temática y en la que piratas que tomaron la pasarela de nuevo con tocados de Laura Olea. En novia, me quedo con las propuestas de Rafael Urquí­zar, con tocados inspirados por la Virgen del Rocí­o (y sonido de campanas que te transportaban a la salida de la Blanca Paloma) y diseños ponibles y elegantes. De Montesco, me llamaron la atención sus tocados-joya metidos prácticamente en la frente, enmarcando el rostro y de Javier Alcántara, sus vestidos de fiesta, lujo en estado puro.


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