Vive un momento dulce, muy dulce. Algunos de sus diseños han desfilado por el certamen de Linda y Guapo de Málaga 2013, y la próxima semana participará en el II Fashion & Beauty de Alhaurín de la Torre. Mientras, Jesús Segado (Málaga, 1965) prepara las exhibiciones para la II Fashion Week de Vialia Málaga (25 y 26 de abril) y los modelos de su nueva colección, que presentará en la próxima Pasarela Larios, prevista para el mes de septiembre. Además, continúa al pie de cañón en su atelier en Capuchinos, donde confecciona desde hace 15 años vestidos de novia y trajes de fiesta para sus clientas después de trabajar para varias firmas destacadas.
-¿Cómo compagina su participación en certámenes con el taller?
– Sin horario (risas). Estamos en un momento de mucha actividad con los desfiles de Alhaurín, Vialia y pensando ya en la Pasarela Larios, pero está bien.
-Fue uno de los triunfadores de la I Pasarela Larios, ¿Qué opina de este certamen?
– Me parece una gran idea, nosotros salimos muy contentos porque nos fue muy bien. La única pega es que quizás a nivel nacional no tuvo demasiada repercusión, el esfuerzo de esta iniciativa no se reflejó en ciertos medios de fuera de Málaga, pero es una gran iniciativa.
– ¿Cómo ve el sector de la moda en Málaga?
– Hay muchos estilos diferentes y cada uno puede elegir el que más le guste. Eso es lo bueno, que haya opciones distintas. La crisis también le ha afectado, pero como a todo. La diferencia ahora es que sigue viniendo gente pero con un presupuesto limitado, más bajo, mientras que antes quizás no tenían tan presente este tema.
– ¿Cómo es el proceso de elaboración de un vestido de novia o un traje de fiesta?
– Cuando las clientas llegan a mi taller lo hacen porque han visto algo mío que le ha gustado o traen una propia idea de un diseño y quieren que se lo adapte. Entonces yo trato de combinar lo que ellas quieren con lo que realmente le favorece, les sienta bien a su cuerpo y a su físico. Por eso hablo mucho con ellas porque por ejemplo las jóvenes suelen tener muchos complejos y hay ciertas partes de su cuerpo o detalles, como lunares o tatuajes, que no quieren mostrar. Lo importante es que la clienta esté satisfecha con el resultado final, porque si no se siente guapa tampoco la verán así los demás. Yo siempre digo que aunque el trabajo sea bonito, si quien lo lleva no lo defiende bien el esfuerzo no servirá de nada, por muy bonito que sea el diseño. Hay que defender bien lo que se lleva puesto.
– Está inmerso en la preparación de su próxima colección, ¿qué nos puede avanzar de ella?
– Lleva por nombre Miscelánea. Está basada en dos imágenes que vi por casualidad en Internet y que me gustaron mucho, son dos paisajes llenos de colorido. A partir de ahí fui mezclando el coral, la espuma y otros elementos y así fueron surgiendo cosas…
– ¿Este proyecto rompe con su colección anterior o mantiene la misma línea?
– Como dice mi tía, “aquí no das una pedrada y cambias” (risas). Es decir, yo soy clásico y mantengo mis ideas más o menos año tras año. Me baso en los clásicos, y Balenciana es mi favorito. Bueno, tengo tres pilares: Balenciaga, Dior y Chanel. Y también admiro a Yves Saint-Laurent, aunque este vino después.
– ¿En qué se inspira para realizar sus diseños?
– La inspiración como tal no existe, yo la considero es un método de trabajo. Me refiero a que si uno espera sentado en una silla a que vengan las musas a inspirarle ahí puede quedarse. Todo hay que trabajarlo y quizás en mi caso voy desarrollando ideas con el paso de los años que en su momento se habían quedado en el tintero o no pude hacer por algo en su día. Yo no sigo tendencias, hago lo que me gusta, y quiero que una clienta pueda ponerse un modelo tres años después y que siga vigente. Creo que todo lo que se pone pronto de moda también deja pronto de estarlo, así que hay que huir de la moda rabiosa pero no de las tendencias. Y si sigues el ‘pronto moda’ corres el riesgo de encontrarte veinte modelos iguales al tuyo en un evento, por ejemplo.